La espera de celeste….
La espera de muchos…
Mi nombre es Maria Celeste Loguercho. Me encuentro en lista de espera para un transplante hepático desde hace 11 meses a causa de una hepatitis crónica auto inmune. Como consecuencia de la misma sufro también varias esofágicas y púrpura.
Estoy cumpliendo mi tratamiento en el Hospital Italiano en Capital Federal. Tengo 24 años y padezco esta enfermedad desde los 12 años de edad.
No voy a olvidar nunca el día que me dijeron los médicos que mi enfermedad sólo se curaría con un transplante hepático, ya que los medicamentos lo único que logran es mantenerme, pero no me mejoran.
Recuerdo ese día en que pensé en que yo siempre había escuchado sobre transplantes y donación de órganos… pero nunca hubiese imaginado que me iba a tocar vivirlo a mí. Lo tomo como una experiencia, de la cual aprendí y aprendo cada día, una prueba que tengo que superar, y, mientras espero… disfruto, valoro los momentos y soy feliz…
Valoro levantarme cada día y ver el sol, poder ver, caminar, estudiar y… hasta sonreír… He golpeado varias veces las puertas del Cielo, pero Dios no me las ha abierto. El sabrá por qué y para qué tengo que seguir aca… ¿Será que tengo que seguir aprendiendo? Si es así, acepto, por que de aprender se trata la vida…
La espera de muchos…
Mi nombre es Maria Celeste Loguercho. Me encuentro en lista de espera para un transplante hepático desde hace 11 meses a causa de una hepatitis crónica auto inmune. Como consecuencia de la misma sufro también varias esofágicas y púrpura.
Estoy cumpliendo mi tratamiento en el Hospital Italiano en Capital Federal. Tengo 24 años y padezco esta enfermedad desde los 12 años de edad.
No voy a olvidar nunca el día que me dijeron los médicos que mi enfermedad sólo se curaría con un transplante hepático, ya que los medicamentos lo único que logran es mantenerme, pero no me mejoran.
Recuerdo ese día en que pensé en que yo siempre había escuchado sobre transplantes y donación de órganos… pero nunca hubiese imaginado que me iba a tocar vivirlo a mí. Lo tomo como una experiencia, de la cual aprendí y aprendo cada día, una prueba que tengo que superar, y, mientras espero… disfruto, valoro los momentos y soy feliz…
Valoro levantarme cada día y ver el sol, poder ver, caminar, estudiar y… hasta sonreír… He golpeado varias veces las puertas del Cielo, pero Dios no me las ha abierto. El sabrá por qué y para qué tengo que seguir aca… ¿Será que tengo que seguir aprendiendo? Si es así, acepto, por que de aprender se trata la vida…
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